¡Hola Santiago! Esto es algo que
ya no podremos hacer, alguien se lo llevó, alguien lo lastimo y alguien lo mató, luego alguien lo escondió, alguien lo sacó de donde estaba y alguien lo
puso para que alguien lo encontrara.
Santiago, un Hippie pata sucia
que vivía en el sur, en argentina y en chile, un hippie que hacía tatuajes, que tenía
rastas y vagaba de allá para acá, un flaco que defendía lo que creía y que no
se conformaba con lo que la sociedad le decía.
Santiago era un desconocido para mí,
para vos, ellos, para millones, pero era un ser amado por unos pocos, para
todos los pocos que lo conocían.
Santiago no era un gran cuadro político
que movilizaba multitudes, no era un gran teórico, no era un líder con miles de
militantes, era un artesano que hacía tatuaje y vivía en el sur, que luchaba y
se la jugaba por lo que creía.
Alguien lo mató, alguien lo escondió,
alguien lo saco y lo puso para que lo encontraran.
No lo mataron por lo que era, lo
mataron porque pensaron que no importaba, cómo piensan que no importa Julio u
otros millones de desaparecidos.
Me duele Santiago, no porque lo conocía,
no porque fuera alguien relevante para el país, para la humanidad, me duele
porque es un ser humano, igual a mí, a vos, a la mayoría de nosotros,
insignificante para la historia pero significante para su entorno, me duele por
empatía, porque es inentendible que le pase esto a nadie, es inentendible… no
lo puedo entender.
Veo a su familia y sufro, pienso
en los últimos momentos de Santiago y sufro, pienso que por ir a defender lo
que creo puedo terminar igual, pienso que estamos en un momento de la historia
en que la intolerancia hacia lo diferente es muy fuerte.
Escucho a seres humanos que no
empatizan con Santiago, no con el hippie, no con el artesano pata sucia, sino
con el flaco que mataron por ir a defender lo que sentía justo. Escucho a
personas que cuestionan la causa mapuche, y dicen que los RAM son violentos,
delincuentes, y no sé cuántas cosas más, y desde ese lugar no empatizan con
Santiago, ¿Cómo no podes empatizar con un flaco que mataron por defender sus
ideales? Y ya no importa si compartís o no sus principios, es tan simple, yo lo
veo simple, a Santiago lo mataron por luchar por lo que creía justo.
Los que no empatizan con Santiago
son los mismos que se quejan de un corte de calle, y dicen cosas como “Con tu
corte de calle, impedís mi libre circulación” y lo que no entienden que tu
libre circulación no se compara a mi lucha colectiva, no se compara a que mi
reclamo no es un capricho, mi reclamo es gente que muere, trabajadores que no
cobran, niños que no comen, pero bueno, vos seguí pensando que tu libre circulación
es más importe que esto, pero vos no empatizas con SANTIAGO, porque era un
hippie pata sucia.
¡Hola Santiago! Pucha, ya no lo
vamos a poder decir, hola Santiago y otros miles de Holas, porque Santiago no invisibiliza
otras luchas, las une, las integra, porque los que levantamos las banderas de
Santiago, también lo hicimos por julio, por los 30000, por los que pasan
hambre, por las mujeres vulneradas, por los trabajadores, por los derechos
humanos, también nos preocupa el medio ambiente y que las corporaciones avancen
sobre los derechos de los trabajadores, por al fin y al cabo es lo mismo, y Santiago
era parte de nosotros, del pueblo que se levanta y dice lo que no le gusta, al
tocar a Santiago, tocaron a todos, no porque él fuera especial, era común y
corriente, como yo, como vos.
Tal vez, vos pensas que solo lo único
y especial vale la pena, bueno te cuento que todos valemos la pena, también un
hippie pata sucia que hacía tatuajes en el sur, para el pueblo lo popular, lo común
vale la pena.
Si queres escóndelo y decí que
por cuestiones electorales lo mataron, si queres deci que fue este o aquel,
pero la verdad que la muerte de Santiago es una muerte política, lo mataron por
pensar, por seguir sus principios, lo mataron por ser un hippie pata sucia que
pensaron que a nadie le iba a importar, bueno, se equivocaron…
SI NOS IMPORTA…
VIVO LO QUERIAMOS…
SANTIAGO AHORA… Y SIEMPRE
Santiago se pegó un porrazo al escapar de gendarmería y se cago ahogado en el río por pelotudo. Quién se mete en una marcha sabiendo que quien la organiza usa los mismos métodos terroristas usados por guerrillas cómo las FARC y FLN? Hay que ser idiota!
ResponderEliminarComparto cada palabra, especialmente el párrafo que comienza diciendo "Me duele Santiago (...)” porque a mí me duele igual.
ResponderEliminarTanto que lloré semanas y hasta oré a Dios que traiga consuelo.
Me duele Santiago, tanto que cuando brindé en noche buena y abracé a mi Santiago, pensé en esa mamá que no pudo avanzar al suyo y se me escaparon lágrimas de dolor y bronca, pero nunca de resignación.
No lo conocía, ni él a mí, pero no puedo olvidarlo, no quiero olvidarlo, no lo voy a olvidar.
SANTIAGO SIEMPRE PRESENTE.