Es interesante la lógica de la información,
de la comunicación. Algo que hace muchos años me llama la atención, es que dato
de la realidad llega a las masas y que dato queda perdido en el sub mundo de
los sobre informados.
Claramente los medios tienen su línea
editorial y esta va de la mano con sus intereses económicos y principios éticos
y morales. También es verdad que no tenemos tanto tiempo como para estar actualizados,
ni los medios para acercarnos a todo lo que pasa.
En función de todo esto, si nos
detenemos un rato y leemos el boletín oficial (B.O.A.), vamos a encontrar
plasmadas las acciones que emprende el gobierno. Esto tiene cierta dificultad
ya que el lenguaje utilizado es muy técnico, son resoluciones, decretos y
decisiones administrativas, pero si nos tomamos unos minutos y cruzamos datos,
de a poco se aclara el panorama.
En la última semana encontré en
el BOA tres perlitas que quiero contarles.
El ministerio de transporte, emitió
la resolución 777/2018, donde anuncian la modificación del cuadro tarifario del
transporte urbano e interurbano en las provincias de Chaco, Córdoba, Neuquén,
Entre Ríos y Salta. Los aumentos van desde 124% a 131% graduales en tres meses.
En la provincia de Chaco, el tren
que conecta la localidad de CHOROTIS y Sáenz Peña, recorre 150 Km. Chorotis
tiene una población de 941 habitantes, según censo 2010 y Sáenz Peña 89.882
habitantes. En el mes de agosto el costo del traslado es de $16 en noviembre será
de $37, tendrán un aumento de $21 que nos indica un impacto del 131%.
Podríamos pensar que es poca
plata, un poco más que un litro de leche, pero cuál es el impacto en la economía
familiar que el transporte impacte un 131% más en los bolsillos es lo que
tenemos que analizar.
Con paritarias a la baja, este tipo
de incrementos en el gasto de la economía familiar indica que tendremos que
dejar de gastar en otros rubros, reducir la calidad de los alimentos, menos
plata para el ocio, educación, etc.
También tenemos la situación que
van a transitar los pobladores de Alta Gracia, Córdoba, para ir hasta Cosquín,
en agosto tenían que desembolsar $6,5 y en noviembre deberán pagar $15, un
incremento del 130%. La misma situación que en chaco, esto se repite
tristemente en Neuquén, Entre Ríos y Salta.
Neuquén – Cipolletti pasa de $4 a
$9 (124%), Paraná - Francisco Ramírez de $1 a $2 (100%), Salta – Güemes de $7 a
$16 (128%).
Por otro lado, como segunda
perlita del BOA, nos encontramos con el decreto N° 767/2018, modifica la
nomenclatura común del Mercosur. Lo que cambia este decreto son los reintegros
a las exportaciones.
En el proceso de producción de
bienes y servicios, se pagan impuestos, al exportar estos bienes, el estado
reintegra parte para favorecer la competitividad en el extranjero, la idea es
que esta manera los precios de los mismos tengan mejores posibilidades en el extranjero.
A vuelo de pájaro parece algo positivo, pero, en este contexto donde quieren
achicar al estado, donde hay que reducir el déficit fiscal, donde faltan los dólares
y en un momento en que los exportadores no liquidan las divisan, parece que nos
siguen tomando el palo.
Esta ampliación de reintegros está
dada, principalmente en productos como “pescados, miel, polen, industria
cervecera, maní, albahaca, tilo, boldo y cedrón”. Estos productos son manejados
por pocas familias, que siguen teniendo grandes beneficios a costa del sufrimiento
del pueblo.
La discusión sigue estando en qué
tipo de modelo económico y de país queremos, hay dos modelos en pugna, en uno
encontramos un país con menos impuestos que podría llegar a favorecer la producción
y las ganas de la industria de crecer, pero que en el corto plazo genera menos
plata para mejorar la calidad de vida del pueblo, menos impuestos y más ajuste
fiscal. El otro modelo platea que tenemos que tener más impuestos para aumentar
la recaudación y poder reinvertir esto en la sociedad.
Con respecto a los impuestos o
retenciones a los productos de la tierra, me gusta pensarlos como una renta por
el uso y usufructo de la tierra y sus frutos. Acá radica una gran diferencia, pensar
que el campo, los grandes terratenientes, tienen que pagar por el uso de la
tierra, o si tienen que destruir los campos y no pagar nada por ello. Las rentas
son mecanismos de control de mercado y entra en juego el concepto de renta
perteneciente al Estado.
Es en este punto, que luego es
volcado en la doctrina Justicialista por Juan Domingo Perón, donde las
retenciones toman su verdadera dimensión filosófica: la apropiación social por
parte de la renta proveniente de los recursos naturales (como los de la tierra
o los hidrocarburos) es una práctica aceptada universalmente. Su lógica deriva
de que se trata de un beneficio que, en parte, procede del medio natural y no
del premio a esfuerzos individuales de inversión, ingenio o trabajo que, por su
parte deben ser también equitativamente retribuidos (Plan Fénix, 2005). Es
entonces donde debemos replantear si el concepto de impuesto dado por los
economistas neo liberales a las retenciones es real o sólo un argumento para
impedir su aplicación (tomo prestadas las palabras de Gabriel Monzón
del artículo “Una visión popular del conflicto”)
Por último el ministerio de producción,
la secretaria de comercio saco la siguiente N°507/2018 en donde amplia los
productos que pueden importarse desde el Mercosur, amplia las importaciones
directas.
Sin entrar en mucho más análisis y
a modo de cierre estas tres perlitas legaliza el modelo de país que:
1. Baja
de Impuestos
2. Apertura
indiscriminada de importaciones
3. Aumento
de las tarifas.
El poder pensar el modelo de país
que queremos y necesitamos, el tener soberanía ECONÓMICA, POLÍTICA y SOCIAL y
por último trabajar por el bienestar de pueblo es el camino para superar los
desastres que estamos viviendo en nuestra querida Argentina.
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