Nota de: Sandra Rodríguez Ramos
6.000 euros, comparecer tres veces por semana en el Juzgado y permanecer lejos de Madrid. Ya está: así cinco violadores pueden gozar de su libertad en la calle. Así de fácil.
Parece que el movimiento feminista no para de hacerse grande en las calles, mientras permanece invisible en las instituciones. ¿Cómo es posible que el mismo mes que se forma Gobierno con once ministras o del primer Tribunal formado íntegramente por mujeres, se deje en libertad provisional a cinco condenados?
El mismo día que en Argentina se da otro paso histórico para el feminismo –la primera reunión entre la Campaña por el Aborto Legal y la cúpula del Senado-, la ‘Justicia’ española nos demuestra que aún queda mucho por hacer en perspectiva de género.
¿Cómo vamos a tener el valor de decirle a una mujer, víctima de violación o abusos sexuales, que denuncie a su(s) agresor(es), si lo que podemos esperar es que no la crean y queden en libertad? ¿Cómo vamos a exponernos ante un juez que dicte sentencia diciendo que no sufrimos una violación porque no opusimos resistencia? Perdone, señor juez, pero, ¿cuál es la alternativa: aparecer muerta, como Nagore en 2008? ¿Tenemos que decidir entre ser asesinadas o que un juez pose su mirada dudosa sobre nosotras y no se haga justicia? ¿De verdad?
Se acerca el 7 de julio, y una joven no sólo revivirá (como probablemente lo haga cada minuto de su vida) el trauma de la violación múltiple que sufrió cuando cinco machistas decidieron que podían utilizar su cuerpo a su antojo; lo hará sabiendo que esos cinco hombres están en la calle. Lo hará preguntándose de qué ha servido toda la valentía que invirtió en denunciar, ante una institución que dudó de su testimonio por no titubear en su declaración. Una institución que no tuvo en cuenta la parálisis por miedo a la hora de asegurar que la muchacha no fue violada porque no opuso resistencia. Qué necesaria es la perspectiva de género, pero más aún la humanidad.
Hoy España vuelve a inundarse del movimiento feminista en las calles. Hoy vuelve a llenarse de reclamos de derechos básicos para las mujeres, que no sólo no están siendo reconocidos, sino vulnerados. Hoy las mujeres de España volvemos a alzar la voz para decir #YoTeCreo a todas las víctimas de violencias machistas. Yo te creo, hermana, aunque la institución que se hace llamar Justicia te dé la espalda. Hoy se ha producido otro asalto al feminismo en España, pero el movimiento seguirá en pie, por todas nosotras. Lo conseguiremos. No nos demos por vencidas.
Sandra Rodríguez Ramos
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