El 22 de noviembre a las 18:00,
les juro que tenía la esperanza de que habíamos ganado.
Habíamos ganado por que militamos
la campaña, no dejamos puerta sin tocar, vecinos sin hablar, volante sin
repartir, pegamos afiches, colgamos carteles, caminamos los barrios, armamos
reuniones, reímos, lloramos con las historias que nos contaban, nos enojamos y celebrábamos
el proyecto nacional y popular.
Por más que los medios nos decían
que los K, éramos los que destruimos el país, yo veía un país mejor que lo que
me contaban los medios. El FINES, el Progresar, la Asignación universal, los
talleres familiares, las cooperativas, el Qunita, las pensiones, el espacio del
cuadro que se descolgó, las plazas llenas, los autos nuevos en los barrios
olvidados, las universidades, los terciarios, los abuelos con su jubilación,
las madres trabajando, la lucha contra la trata, el estado al servicio del
pueblo, y más, más; que hermosa campaña, teníamos de todo para mostrar, para
contar, ¡teníamos todo para ganar!
En una recorrida por un barrio
del partido de Pilar, una señora con lágrimas en los ojos, nos contaba, que de
grande, termino el primario y el secundario y que ese año, el 2015, empezó una
tecnicatura con su hija, que la pudo mandar a estudiar porque tenía la AUH, y
que podían estudiar una carrera terciaria por que la tenían cerca. Las dos tenían
trabajo, y sus hijos más chicos estaban al día con los estudios y no tenían que
salir a pedir plata por la calle ni cartonear. Eso era el Proyecto nacional y
popular.
Esa historia, es una de las miles
que decoran el territorio, mis lágrimas, al escucharla se unieron a las miles
de lágrimas de otros miles de militantes que le pusimos y le ponemos el cuerpo
a esta forma de vivir, a ser militantes. Y no tiene que ver con el partido o
espacio político, tiene que ver con una certeza, de que el mundo puede ser un
mejor lugar para vivir.
Por esto decía que HABIAMOS
ganado, sentía que no había posibilidad de perder, ¿cómo el pueblo argentino podría
votar a un proyecto que nos quitaría lo ganado, lo logrado? No me entraba en la
cabeza.
A las 18:30, cerramos las mesas y
comenzó el recuento, a mí me tocó ser fiscal general de una escuela en Martínez,
provincia de Buenos Aires, era obvio que allí no sacaríamos muchos votos, pero
hay que cuidar cada voto, cada lugar, porque el proyecto llego a todos lados,
hasta en los lugares que no querían, y por eso estábamos ahí.
A esa hora, ya nos llegaban
mensajes de que habíamos perdido, yo, por testarudo o por necio, o quien sabe
porque, no hacía caso, y seguía acompañando a los compañeros y compañeras para
que hagan su tarea lo mejor posible.
Termino el escrutinio, yo no tenía
más batería en el celular, llevamos a los fiscales a sus casas, los tres que teníamos
auto nos repartimos por barrios, la tarea estaba casi completa y me fui hacia la
casa donde estaban esperándome algunos compañeros y las malas nuevas.
A partir de aquí lo hechos se sucedieron,
supongo que son similares para miles de hermanos, de compañeros, de argentinos,
abalanzándose en el tiempo sin tiempo, no termino de saber si fueron así o no,
pero esto es lo que recuerdo.
Toque el timbre, se abrió la
puerta, alguien dijo ¡Perdimos Home!, ya está, Perdimos.
Recuerdo ese momento, yo en la
puerta, sin saber si era una pesadilla, si me estaban haciendo una broma de mal
gusto, o que pasaba, pero era verdad, perdimos, el pueblo argentino perdió una
oportunidad histórica, y la historia nos está dando la razón. Lo único que pude
hacer, fue quedarme parado, la compañera que abrió la puerta, solo atino a
abrazarme, y yo rompí en lágrimas, lagrimas que salían desde lo profundo de mi corazón,
no podía parar, éramos 5 en la casa, veíamos la tele, puteábamos, llorábamos, intentábamos
darnos consuelo, y volvíamos a llorar, como lloro al escribir estas líneas,
llanto, dolor, cansancio, miedo por el futuro, y más lágrimas.
Alguno de los presentes dijo, ¿y
si vamos a la plaza?
De golpe estábamos en los autos rumbo a la plaza, a nuestra plaza, la plaza de las madres, la plaza de los ex combatientes, la plaza del pueblo. En el auto solo se escuchaba el silencio, algún comentario perdido que se tiraba al aire sin esperar respuesta. Y más lágrimas.
De golpe estábamos en los autos rumbo a la plaza, a nuestra plaza, la plaza de las madres, la plaza de los ex combatientes, la plaza del pueblo. En el auto solo se escuchaba el silencio, algún comentario perdido que se tiraba al aire sin esperar respuesta. Y más lágrimas.
¡Perdimos Home! Seguía resonando
en mi cabeza, sigue resonando en mi cabeza, perdimos.
Cuando llegamos, éramos miles,
cientos de miles, perdí la cuenta de la cantidad de abrazos que me dieron
personas que no conocía, que nos fundíamos en un abrazo y nuestras lagrimas se
mezclaban. Parecía que era una pesadilla, estábamos ahí buscando entender,
esperando que alguien nos diga: ¡fue una jodita para video mach!, pero no,
nunca paso.
Hoy a la distancia, creo que lo
que fuimos a buscar en esa plaza, fue encontrar a los compañeros hermanos, queríamos
sufrir ese dolor sin tener que explicarlo, simplemente hacer el duelo juntos.
Estamos en las vísperas de una
nueva campaña, no sé qué va a pasar, no sé si voy a fiscalizar o ver la elección
por televisión, no sé, seguro en algún momento de la jornada pensare en cómo serían
las cosas si dos o tres por ciento de los votos que no nos votaron nos hubieran
votado, es al divino botón, lo sé. Tal vez cruce miradas en la fila de mi mesa
buscando alguna mirada cómplice de algún compañero. No lo sé.
Tengo la certeza, o mejor dicho,
la esperanza, de nunca más volver a pasar una noche como la del 22. O tal vez
si, por que ese día, esa noche, esa plaza me enseño que no importa el
resultado, los compañeros siempre estamos, y siempre seguimos adelante, que
militamos para transformar el país, porque sabemos que se puede estar mejor, y
vamos a seguir dejando todo en la calle.
Hasta la victoria siempre, aunque
perdamos mil elecciones, hasta la victoria compañers
Hay que aprender. ¿Tenés presente la muerte de Gandalf en La Comunidad del Anillo? Bueno, hay que seguir como siguieron los hobbits y Aragorn para que no nos coman los orcos.
ResponderEliminarLa muerte y renacimiento de Galdalf el gris y luego en Gandalf el blanco, podriamos decir que cristina renace y nos ayudara a vencer a mordor, y me gusta la idea de que todos somos importantes para recuperar la patria
EliminarEl general en jefe del ejercito libertador del sur Emiliano Zapata Manifiesto Zapatista en Nagua-
ResponderEliminarAl pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
Hermanos nosotros nacimos de la noche
en ella vivimos
y moriremos en ella
pero la luz será mañana para los más,
para todos aquellos que hoy lloran la noche,
para quienes se niega el día.
Para todos la luz,
para todos todo.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar y el mal gobierno
grita soberbia y tapa con cañones sus oídos,
nuestra lucha es por un trabajo justo y digno y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenza,
nuestra lucha es por la vida y el mal gobierno oferta muerte como futuro,
nuestra lucha es por la justicia y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos,
nuestra lucha es por la paz y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad,
estas fueran nuestras demandas en la larga noche de los 500 años,
estas son hoy nuestras exigencias.
VENCEREMOS
Gracias por el aporte
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