¡Lo que les duele, son las cacerolas!

Algunos dicen que a De la Rúa lo saco del poder, el sonido de las cacerolas, que cuando esa noche se empezó a escuchar por toda la ciudad, por todo el país, el ruido de las cacerolas, se terminó esa nefasta gestión.

La crisis económico – social, que vivía el país era tan grande que capaz el ruido de una gota de agua también los sacaba. Pero no quiero menospreciar los hechos de ese diciembre, pero no nos olvidemos que la situación no daba para más, la violencia en las calles, el corralito, las muertes, la deuda, la pobreza, la falta de trabajo, los piquetes en todo el país, las ollas populares, todo estaba de cabeza, nadie entendía nada, y no teníamos a las redes sociales como las tenemos hoy.

video del 19.12.17

Lo que termino pasando con el tiempo fue que un sector de la sociedad se apropió y hasta les puso el copyright, hasta armamos la familia de palabras, Cacerolear, cacerola, cacerolo, cacerolazo, etc.

Para los que no son de la zona podríamos decir que.

Cacerolear: acción de golpear un objeto metálico con otro objeto metálico (en lo posible cuchara sopera) para demostrar colectivamente el desacuerdo de una medida del gobierno de turno, o en contra de alguna acción de otro grupo o colectivo social.

Esta acción tiene sus variantes, se puede encontrar en los cacerolazos a personas golpeando caños o postes de metal, también son aceptados golpear dos botellas de plástico y en algunos casos se puede utilizar las palmas de las manos.

Cacerolo/a: son los manifestantes que realizan la acción de Cacerolear. Cabe destacar que también se usa el término en forma peyorativa, pero no deja de ser la forma de llamar a los que salen a manifestar su desacuerdo con medidas del gobierno.

Cacerolazo: salir a las calles empuñando una cacerola por un colectivo de personas, suele darse en varios puntos a la vez, coordinados por las redes sin que ninguna estructura partidaria asuma su convocatoria. Suelen surgir cuando el gobierno toma decisiones que van en contra de un sector, en general la clase media. Algunos dicen que son fogoneados por los medios masivos de comunicación. La realidad que el cacerolazo genera un sentido de pertenencia, donde los vecinos se reconocen en la misma lucha y crean un clima de unión muy interesante.

Durante la gestión de Cristina Fernández como presidenta, las cacerolas sonaron varias veces, en general siendo la clase media la que salía a las calles y ponía en marcha las cacerolas de destrucción masiva.

Las cacerolas son un símbolo, un grito al mundo, las cacerolas vacías, sin comida, sonando di sonadamente, con ritmo monótono, pero también en el 2001, al ritmo de las cacerolas sonaban las ollas populares, ahí teníamos cacerolas con lo que se podía juntar, y al calor de un fuego improvisado muchos se acercaban a comer algo, un poco. Hay un dicho popular que es “Para la olla” que se refiere a poner comida en la mesa, a poder llevar alimentos al hogar. Todo esto se daba alla por el 2001, no podíamos ¡parar la olla!.

Un sector de la sociedad uso a las cacerolas para manifestarse, parecería ser que el gobierno actual planto su base electoral en este sector, la clase media, los indignados, los anti K, durante mucho veíamos que el kirchnerismo y las cacerolas no eran compatibles, que si eras K no podías empuñar una cacerola, y que si la empuñabas no podías reconocer nada bueno de la gestión, ahí había una grieta, cacerolas vs kirchnerismo. Tanto fue y es así, que a partir de los cacerolazo surgieron referentes y dirigentes políticos que hoy tienen algún protagonismo en la esfera política mediática, son convocados a participar de espacios políticos, en los medios, etc.

Como decía líneas más arriba, esta gestión se apoyó en las cacerolas, las mismas que hoy están cada vez más vacías, esas cacerolas que ayudaron a ganar las elecciones están sonando nuevamente, hoy ya no en contra del peronismo, hoy ya no en contra de la YEGUA, en contra de la corrupción, hoy están sonando en contra de medidas que vulneran derechos, hoy suenan en contra de la nueva gestión, la misma que pensó que tiene un cheque en blanco, que puede hacer lo que quiere.

El lunes los diputados aprobaron una ley de reforma del sistema previsional, y automáticamente empezaron a sonar las cacerolas, en muchos barrios, en todo el país, los medios quisieron acallarlas, pero las redes sociales hicieron lo suyo, y los sonidos di sonantes se hicieron escuchar nuevamente. El martes pasó lo mismo.

Ayer pude estar en cabildo y Larralde, pleno barrio de Nuñez, pase por la zona por cuestiones personales y me encontré con ese concierto, hermoso, en paz, éramos más de 200 personas, cantando, reclamando, no había ni un medio cubriendo el hecho, pero todos los que estábamos ahí sabíamos que estábamos haciendo algo importante, que estábamos diciendo lo que pensábamos. En mi página de Facebook ( https://www.facebook.com/Homerobonafertok/ ) como en la página de total normalidad (https://www.facebook.com/Totalnormalidad/ ) podrán ver algunos videos que filmamos.

La cuestión es que a “Cambiemos” parece que les duele más el sonido de las cacerolas que las piedras al congreso, les duele más y no saben qué hacer, no pueden decir que son desestabilizadores, que son violentos, que las formas son inadecuadas, no saben qué hacer con los suyos.

Esto nos tiene que enseñar como actuar, como manifestarnos, no hay que abusar del recurso, pero si tiene que ser organizado, tenemos que llevar los celulares y captar todo lo que podamos y subirlo a las redes, y compartir lo que otros suban, porque tenemos que saber que los medios no van a acompañar estas movidas, por todavía siguen protegiendo y negando la realidad, entonces es el pueblo el que tienen que crear medios de comunicación, no podemos quedarnos a la espera que los dirigentes marquen la agenda o que las estructuras partidarias tradicionales se muevan, que seguro lo van a hacer, pero la estructura es lenta, el pueblo puede ser más ágil, más certero.

Los invito a que se organicen con sus vecinos, a que estemos atentos a las redes, a que nos animemos a salir y reclamar, en paz, con las cacerolas, con las manos, pero todos juntos.