El día 29 de enero de 2018, el señor
presidente de los argentinos, el ingeniero Mauricio Macri, a través de una conferencia
de prensa, que realizó al volver de una gira por varios países, anunció tres
medidas de gobierno tendientes a lograr una mayor eficacia de las acciones
estatales.
Comenzó hablando de lo bien que
resultaron las reuniones con empresarios, presidentes y otros actores
influyentes de la economía mundial, de manifestar que todos quieren venir a la
Argentina por él dirigida, luego de decir que no les alcanzo el tiempo para
tantas reuniones, más de quince por día. Y que fruto de las buenas gestiones de
gobierno, las empresas hacen fila para ingresar más y más inversiones al país. Narrar
todo esto, con su “gran” nivel de síntesis y oratoria, le llevó diez minutos. Luego,
de su “elocuente” introducción, por fin, nos informó de tres acciones “revolucionarias”
de carácter burocrática estatal, que paso a enumerar:
Imagen de la artista Luciana Hidalgo Bartocchi
https://www.facebook.com/delmotole.indumentaria/
Achicamiento de la planta estatal
de funcionarios políticos.
El señor presidente manifestó que
reducirá un 25 % la plata de funcionarios, medida que ahorrará $ 1.500.000.000
(mil quinientos millones de pesos), dando de baja mil contratos aproximadamente.
En medio del anuncio, dijo, que el estado es ineficiente, que la burocracia
traba la rápida ejecución de las acciones necesarias para el correcto desempeño
del país, y que con esta nueva medida se busca que el ejecutivo sea más
horizontal.
Ahora bien, a vuelo de pájaro y
con una lectura desprevenida, cualquiera puede pensar que es una medida
beneficiosa para todos, pero que hay detrás de las palabras, que nos está
diciendo, que se viene detrás de esta acción, y lo planteo con la postura de ver
toda la película, evitando quedarme con la contemplación de una sola foto.
¿Qué significa achicar el estado?
¿En dónde vas a achicar? Si quito la burocracia… ¿No estaría quitando controles?
Estos son algunos cuestionamientos que me hago.
Reducir la planta de funcionarios
estatales habilita a decir: “todos estamos haciendo esfuerzos, así que si yo
saco a los míos, vos sacas a los tuyos…” Despedir a los funcionarios también implicaría
eliminar las áreas que estos conducen, lo cual generaría que el personal que
trabaja en esas áreas tenga dos destinos, ser reasignados a otras dependencias
estatales, o bien, que se los despida. Alguien dijo: “por cada uno de los
nuestros, caerán cinco de los de Uds.” Si bien esta frase es peronista, me da
miedo que con cada funcionario removido, también se retiren cinco agentes
estatales.
Hay otra idea nefasta que contiene
esta medida, y es acentuar el concepto de que los sueldos son gastos, y peor
aún, decir que por culpa de ese gasto no se puede salir adelante. En el
presupuesto de la nación, el rubro sueldo, no es lo que parece, solo el 11%
está destinado a sueldos, o sea, uno de cada nueve pesos.
El gasto en jornales es
insignificante, pero pensemos que la mayor parte de este dinero está destinado
a los docentes, profesionales de la salud, las fuerzas de seguridad. (Policía,
Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria, Fuerzas Armadas)
Un dato no menor es que hasta fines
de los años ochenta, el estado nacional contaba con más de un millón de empleados,
y al finalizar la gestión de la Alianza contábamos con no mucho más de 250.000
personas trabajando para el estado nacional. En la década kirchnerista este
número subió cerca de 200.000 empleados, teniendo en cuenta a las empresas
estatizadas como YPF, Aerolíneas y AySA.
Entonces pensar que el estado
está lleno de empleados ñoquis y es ineficiente, como mínimo es un disparate,
salvo que queramos un estado mínimo, sin intervención en la economía, en la
salud, en la educación, en la seguridad, en el bienestar del pueblo.
Insisto, si sacamos a los
funcionarios cerramos dependencias, si cerramos dependencias son menos
servicios que presta el estado, puede pasar que las dependencias absorban a las
que se den de baja, pero aquí corremos el riesgo que la especificidad de una no
sea compatible con las nuevas funciones, y si a esto le sumamos que redujimos
la planta de empleados, los que quedan tendrán el doble de trabajo, por el
mismo sueldo. O sea estamos ante una precarización encubierta de las condiciones
laborales.
Hablando de precarizar el
trabajo, el presidente ya adelantó que las paritarias van a ir en baja,
sin cláusulas gatillo y sin revisión, sumado a que si él les niega las
paritarias a los propios, que nos hace pensar que se las dará a los ajenos.
Siento que esta medida va a
habilitar a nuevos embates contra la labor del estado, contra la calidad de
vida de los argentinos y contra las luchas colectivas.
Suspensión de los aumentos de los
sueldos de los funcionarios nacionales.
Al negar el aumento de sueldo a
los funcionarios, se habilita a derogar las paritarias estatales, más allá de
que los funcionarios tengan sueldos de privilegios, no dejan de ser
trabajadores, y merecen los mismos tratos que el resto de los empleados en
relación de dependencia. Entonces termina siendo una medida que vulnera los
derechos de los laburantes.
Por otro lado, y lo que más me
preocupa, es que estamos en un momento en que naturalizamos y criminalizamos a
los laburantes, decir que el sueldo es un gasto, y que por culpa de ese gasto
las cosas no funcionan, implica decir que por culpa de los sueldos las cosas
salen mal, lo que da a entender que el laburante es culpable. ¿Tendríamos que
trabajar gratis? Podemos pensar que el sueldo es una inversión, que a partir de
destinar plata a los médicos lograríamos mejor la salud del pueblo beneficiándonos
todos, que si ponemos plata en los docentes forjaríamos un futuro más próspero,
con ciudadanos que quieran hacer un país de verdad, educando nuevas
generaciones de médicos, ingenieros, abogados.Y la lista sigue.
Esta perfecto que el presidente
muestre austeridad, y que pida lo mismo a sus funcionarios, pero… Además de ser
una acción demagógica. ¿De qué sirve? Es una acción para la tribuna, es para
los aplausos. Porque en esta medida viene incluido el discurso de que el estado
gasta mucha plata en sueldos, y que haga esto en la época de “la temporada alta”
de paritarias, a mí en lo personal me preocupa, y mucho.
Cuando se tiene que empezar a
negociar las paritarias en todos los sectores, el poder judicial ataca a los
sindicalistas, los medios de comunicación difunden lo malas personas que son, a
más no poder. Y el estado nacional toma esta decisión. No seamos ingenuos, no
es arbitraria esta acción del señor presidente. Cuando se dice que vienen por
todo, es a esto a lo que se refiere, están trabajando día y noche para avanzar
sobre el pueblo.
Ya demostraron que nunca van a
tocar sus intereses de clase, no perjudican a los propios ni por error,
entonces ¿qué nos puede garantizar que esta medida, a priori, agradable para el
pueblo, tras su paso nos dé un coletazo? El saber popular dice: “cuando uno se
quema con leche ve a la vaca y llora”, bueno yo estoy llorando. Por otro lado
si Mauricio me dice: “Buenos días”, yo salgo al patio a ver qué tan nublado
está realmente.
Prohibir que los ministros tengan
familiares en el estado.
En la actualidad hay veintiún
ministerios, sin contar a los organismos autárquicos y otros más que tienen
nivel ministerial. A un promedio de cinco familiares directos que pueda tener
cada ministro o ministra nos da algo así como ciento cinco empleados, que
serían removidas por el próximo decreto presidencial.
¿Qué vemos aquí? Otra medida
demagógica para la tribuna, no cambia nada de fondo, aunque también es una
medida preocupante. En lo personal, no estoy en contra de que un funcionario o
ministro convoque a alguien de su familia para trabajar en el estado, porque
puede pasar que su familiar sea una persona más que capacitada para la función,
además de ser alguien de su confianza. Ahora si metemos a cualquiera en
cualquier cargo, estamos en problemas. Mauricio lo dejo muy en claro y yo
comparto sus palabras, con esta medida vamos a perder a muchos colaboradores de
calidad.
Pero sacando esta cuestión, y
pensando que la medida es positiva. ¿Por qué no extenderla a todos los
funcionarios del Estado Nacional? Básicamente porque es inviable, porque no
sirve de nada, los cargos políticos son eso, cargos políticos y son lo que el
estado necesita para funcionar con determinada idea de gestión, no podemos
pretender que en los puestos políticos veamos a gente que no adhiera a la
conducción actual.
Este tema entiendo que nos va a
traer mucho de qué hablar, pero para concluir quiero que pensemos en el porqué
de esta medida. ¿Qué no estamos viendo? ¿De qué no estamos hablamos? ¿Qué nos
estamos perdiendo de la película? Y por último. ¿Cuánto nos va a salir y qué se
nos van a pedir a cambio?
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