Conociendo a mi amigo Peronista – 2da verdad

Uno de los mayores insultos que esgrimen los antiperonistas es que el peronismo es o se hace “POPULISTA”, cuestión compleja, ya que para muchos de nosotros no es un insulto, casi que lo tomamos como un halago, es como decirle “ZURDO” a un militante de izquierda o liberal a un militante de la derecha. Ya seas compañero, correligionario o camarada, lo que el otro entiende por insulto para uno es una definición de lo que somos.

Más allá de las interpretaciones personales, vayamos a ver que nos decía el general en las 20 verdades peronistas. Que nos sirven de brújula para determinar qué tan dentro o fuera estamos del movimiento peronista. Entendiendo que hay personas que pueden estar afiliadas al partido sin ser peronistas y hay peronistas que los son sin estar afiliados o participar orgánicamente de la estructura.

2. El Peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista.

Lo popular viene de pueblo, y cuando decimos que es POPULAR, se refiere a que trabajamos desde el lugar que estemos para el pueblo, respondemos a él.

Toda acción que no esté pensada para el bien y el desarrollo del pueblo, no es parte del peronismo, y cuando un dirigente, funcionario o referente va en contra de esto, tiene que replantearse su lugar dentro del movimiento.

El punto en cuestión es, entonces, como definimos qué medidas u acciones son populares y cuáles no. Lo primero que tenemos que definir son las acepciones del concepto de POPULAR.

Primero tenemos, como ya dijimos más arriba, que lo popular refiere a “PUEBLO” en su conjunto, a todos los habitantes de la nación, de Ushuaia a la Quiaca, del océano hasta los andes. Nos referimos a las personas físicas que hacen grande a este país, desde los neonatos hasta los adultos mayores. No importa condición socio económica, si tienen o no tarea productiva, si estudian o no, hombres y mujeres, todos.

También tenemos la idea de popular como una medida que es aceptada y reconocida por todos o por una mayoría, algunos confunden el término con demagogia, cuando una medida de gobierno es diseñada para tener el apoyo de las mayorías pero que para algunos sectores no es buena y lo único que busca es obtener apoyo aunque genere mucho daño al país.

Por ultimo tenemos la idea de que “Popular” o “Populismo”, está referido a las clases medias bajas, o bajas, a los sectores populares, en términos ya pasados de moda, a los “Cabecitas negras”, a los descamisados, al proletariado, a los obreros y operarios, a esos sectores de la economía que están marginados, casi fuera del sistema.Tomando estas tres definiciones de POPULAR, el anti peronismo, la derecha y la izquierda, han tomado todo esto como bandera para cuestionar al movimiento, a las acciones y decisiones de los compañeros con responsabilidades políticas y de gestión. Repito lo que para unos es un insulto para otros es un halago.

La 2da verdad dice en pocas palabras lo que sí y lo que no, lo que no es popular no es peronista. Punto y a otro tema. Retomando en cómo determinar lo popular, es simple, una medida o acción tiene que cumplir con tres requisitos:

1.    Estar destinada a que el pueblo en su mayoría logre un desarrollo social sostenido y permanente. Puede pasar que la medida este destinada a una minoría históricamente olvidada y vulnerada, por ejemplo la ley de matrimonio igualitario, esta medida intenta ampliar derechos y reparar un daño que la sociedad en su insensibilidad le causó a muchas personas. Las medidas de gobierno, las decisiones y acciones políticas que reconocen y amplían derechos son esencialmente populares, y en consecuencia, son peronistas, y los hombres y mujeres responsables de las mismas, se pueden identificar con el movimiento peronista. Aunque no se reconozcan como tales.


2.    Que sea aceptada por la sociedad, por el pueblo. Una medida o acción anti popular, no es peronista, aunque le lleve adelante un “PERONISTA” los peronistas tenemos la obligación de hacer todo lo posible para que lo que hacemos sea de la mano del pueblo. Acá tenemos dos problemas, el cómo comunicar las gestiones y lo otro es que tan cerca del pueblo estamos. Podemos tener todo el desarrollo territorial, podemos tener caminado todo el barrio, el pueblo o la ciudad, pero si fallamos en la comunicación, estamos perdidos, o puede ser el caso contrario, tener grandes equipos de marketing político, sociólogos y todos los multimedios de la mano, pero si no tenemos territorialidad, si la acción, medida o política no está basada en las necesidades y problemas de la sociedad en su conjunto o restituir derechos vulnerados, entonces no son popular, ergo no son peronistas.

En este punto tenemos lo que algunos llamamos “La batalla cultural” y esta se da en todo lados, principalmente en los medios de comunicación masiva, cuando no están alineados o cuando quieren marcar la cancha a una determinada gestión, prenden crear malestar en la población intentando convencer a los votantes que medidas que los benefician los perjudican, aquí se da el caso por ejemplo cuando se cuestionaba la AUH, o el “Conectar Igualdad”. Las medidas pueden perjudicar a los sectores medios o altos, o pueden no generar ni beneficio ni perjuicios pero tenemos que entender que la clase medias muchas veces reacciona mal ante las cosas que no los beneficia directamente, aunque tampoco los perjudique.

En resumen, el cómo comunicamos lo que hacemos, la estrategia comunicacional es tan importante como la medida en sí misma. Esto lo entendió

3.    Podemos como peronistas llevar adelante medidas o políticas que beneficien a los grandes grupos económicos, a los terratenientes o clases altas, pero, si estas medidas perjudican, quitan derechos o impactan negativamente en las clases populares, definitivamente no estamos llevando adelante el peronismo, porque lo principal y para lo cual existimos es por y para el pueblo. El movimiento peronista tiene la obligación de velar por el pueblo, por los humildes, por los niños, niñas y adolescentes, por nuestros viejos, por los olvidados, los sin techo, por todos esos colectivos sociales que no son favorecidos por el libre juego del mercado.

El peronismo tiene una enorme responsabilidad y es ser el mediador entre el mercado y el pueblo, tenemos que estar atentos y actuar rápido, cuando las acciones del libre mercado se quiere llevar puesto derechos adquiridos, trabajar duramente para que el pueblo tenga más y mejores derechos, ¡pero cuidado! No caigamos en la necesidad de pensar que un derecho restituido jamás será vencido. Escuchar a la sociedad, dar las respuestas y defender lo obtenido es el camino peronista. Quien no comprenda estas simples líneas, tiene varios problemas, y el mayor es que no es peronista.

Para estar dentro del movimiento hay que tener los pies dentro del plato, y para entender cuáles son los límites del plato y para entender los límites hay que leer los textos fundacionales.

Las 20 verdades son los Landmark, los linderos, son las estacas que nos marcan la cancha de juego, dentro de ellos todo, por fuera nada.